Como cada año, a la llegada del invierno, nos encontramos en plena campaña hortícola en Almería, probablemente la más importante de Europa. Entonces aparecen los problemas que se repiten todos los años. Los días se acortan y las plantas reciben menos horas de luz, también hay una bajada sensible de las temperaturas y aumento importante de la humedad ambiental. Todo ello afecta procesos fisiológicos como la fotosíntesis de la cual depende el crecimiento de las plantas superiores. Esta ralentización del crecimiento es contraproducente muchas veces con el objetivo comercial de cosechas tempranas que garanticen buenos precios. No obstante, la gama de productos bioestimulantes o vigorizantes con que contamos en el mercado para estimular el crecimiento de las plantas, así como el empleo de los plásticos para mantener la temperatura, es interesante conocer algunos factores que nos pueden servir de mucha ayuda al respecto.
En nuestra modesta experiencia sobre el mundo vegetal, si hay algo que hemos aprendido con creces, es que posiblemente sea más importante lo que no vemos, que lo que podemos ver y con esto nos estamos refiriendo a aquella parte de la planta que por estar bajo el suelo no podemos observar en detalle, la raíz. En las plantas superiores el crecimiento de la parte aérea está condicionado por el desarrollo de la raíz. Puesto que solo cuando están suficientemente cubiertas las necesidades de agua y nutrientes tiene lugar un crecimiento eficiente.
La temperatura de crecimiento de las plantas se produce en un rango de 0 a 35 ºC, pero cada parte de la planta responde en concreto a una temperatura óptima que es donde ocurre su máxima velocidad de crecimiento. La evolución de muchas familias vegetales también trajo consigo temperaturas óptimas específicas para diferentes especies, según la zona climática donde se desarrollaron. La influencia de la temperatura en la producción de raíces activas es un hecho de elevada sensibilidad. La capacidad de los suelos para conservar temperaturas óptimas de crecimiento radicular depende entre otros factores de la textura y el contenido de materia orgánica. Texturas arenosas favorecen el lavado del agua y los nutrientes, así como mayores fluctuaciones en el comportamiento de la temperatura. Asimismo, un mayor contenido de materia orgánica permite el mantenimiento y conservación de temperaturas óptimas. La vida microbiana del suelo también se incrementa con el aumento de la temperatura y es un factor indispensable para el desarrollo radicular.
Por todo ello es primordial, si queremos evitar una ralentización del crecimiento de las plantas, no descuidar en esta estación, el empleo de aquellos productos y tratamientos dirigidos a la producción de raíces activas. Un amplio espectro de bioestimulantes, aminoácidos, materias orgánicas, enraizantes de todo tipo, microorganismos promotores de crecimiento, nutrientes específicos, etc. contribuyen a esta labor activando la síntesis de pelos absorbentes. No obstante, debemos tener en cuenta que a pesar de todo es difícil sustituir las horas de luz que nos faltan debido al acortamiento de los días y que ello influye sin duda en la tasa de fotosíntesis. Lo cual representa una menor disponibilidad energética, que podría explicar en muchos casos fenómenos de agotamiento si forzamos a la planta desde el punto de vista de la energía disponible, ya que sustancias como los aminoácidos son empleadas principalmente en procesos de síntesis con un alto consumo energético, al igual que otros muchos bioestimulates. Por lo tanto, lo más sensato y adecuado es mantener un equilibrio proporcional nutrición-hidratación-energía, donde no siempre se cumple el principio de cuanto más mejor, porque debemos ajustarnos a dosis óptimas de aplicación.
Desde Novasys, podemos ofrecer nuestro VigorE, bioestimulante natural y ecológico que nos va a permitir entre otras múltiples funciones beneficiosas para las plantas, activar la formación pelos absorbentes y que aplicándolo desde el inicio del cultivo, podremos ver cómo nuestras plantas afrontan mucho mejor la llegada de esta fría estación.