Enraizar sin estrés

vigore fertilizante ecologico fortificante

El enraizamiento describe la forma del sistema radical de las plantas, adoptada según su propia anatomía y fisiología, con modificaciones dependiendo del tipo de suelo. ¿Pero qué pasa en situación de estrés ambiental? Deben prosperar donde les toca crecer y lo hacen reaccionando ante adversidades térmicas o de otras naturalezas para subsistir.

Las plantas habitan un amplio rango de ambientes con diversas condiciones a priori desfavorables para su supervivencia: sequía, frío, calor, salinidad… Algunas crecen con temperaturas extremas de frío o calor, luz y oscuridad, poca o mucha agua. La falta de ésta, los suelos salinos y las bajas temperaturas son las situaciones adversas más frecuentes que deben afrontar y es lo que se conoce como estrés: conjunto de condiciones capaces de producir una influencia negativa en los procesos fisiológicos de las plantas. Como resultado, puede ocasionar desde cambios en el crecimiento hasta daño en células y/o tejidos, así como modificar la expresión de sus genes.

El estrés puede ser abiótico (físico y químico) y biótico. A estas señales externas deben sumarse factores internos de la planta: su nivel hormonal previo al estrés, su genotipo, momento del ciclo celular, duración e intensidad de cada tipo de estrés. La interacción de estos factores genera millones de combinaciones posibles de factores estresantes.

[embedyt] http://www.youtube.com/watch?v=0u0xXMP95v8[/embedyt]Para que una planta esté fuerte, favoreciendo que enraíce y combatiendo el estrés, debemos usar productos como Vigore Eco, un fertilizante líquido natural, de la mezcla de diferentes cepas de cianobacterias que consigue un equilibrio de nutrientes para el desarrollo vegetativo de la planta. Entre sus beneficios se encuentran que proporciona a las plantas el deseado efecto enraizante, promueve el crecimiento vegetal, multiplica los nuevos brotes y mejora el cuajado de flores, aumenta el rendimiento agrícola, reduce el estrés post-trasplante, actúa de fortificante en situaciones de estrés ambiental, como temperaturas extremas, salinidad del suelo o déficit hídrico. Además, ayuda a la recuperación de una planta tras sufrir daños causados por agentes químicos (fitotoxicidades), biológicos (plagas) o mecánicos. Activa, por último, las defensas naturales frente al ataque de plagas y enfermedades a las plantas.

Es un producto indicado, como su ‘apellido’ muestra, para la agricultura ecológica. Está especialmente destinado a todo tipo de plantas, ya sean forrajeras, ornamentales o industriales. Es inocuo, fácil de aplicar y económico, compatible con otros fertilizantes o fitosanitarios. No es tóxico y se recomienda su uso para poderse aplicar por vía foliar o en riego durante el desarrollo vegetativo de la planta y en situaciones del ya mencionado estrés ambiental, sobre todo tipo de cultivos: frutales, cítricos, olivo, vid, hortícolas, remolacha, cereales, etc. Las dosis recomendadas dependen de sus vías de aplicación: si es por vía suelo, serían necesarios entre los 3 y 5 litros por hectárea. En cambio, si se produce por vía foliar habría que administrar 3 centímetros cúbicos de este producto por cada litro. En hidroponía, por último, deberíamos aplicar entre 3 y 4 centímetros cúbicos por litro de caldo.

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