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Si buscamos información en internet acerca del control de nematodos (conocidos como batatilla en algunas zonas de España), podemos encontrarnos con algunas publicaciones como el siguiente párrafo extraído de un artículo publicado en un blog de internet en abril de 2011:
“En cuanto al control de nematodos, ya sabemos todos que el dicloropropeno se ha dejado de vender (me temo que definitivamente, aunque vete tú a saber) y que los nematicidas tienen plazos de seguridad muy largos que impiden repetir los tratamientos; así que a partir de ahora el tema de la batatilla se pondrá cada vez más difícil. En parcelas afectadas será fundamental solarizar (a ser posible más de un mes) y aplicar tratamientos nematicidas al plantar –para tratar de evitar las infecciones precoces– combinándolos después con extractos vegetales nematicidas –habrá que probarlos para determinar la eficacia de cada formulado–. Si esto no funciona, lo que en parcelas muy infectadas será lo más probable, siempre nos quedará la cloropicrina (tan efectiva como cara) o colocar hidropónico en los casos más dramáticos… Desde el punto de vista biológico, la Universitat Politècnica de Catalunya y el IRTA están investigando sobre hongos parásitos de huevos de nemátodos y ha encontrado varias especies en Almería, pero aún estamos muy lejos de poder aplicar algo parecido en nuestros cultivos.”
Aunque la información que se ofrece parece muy desalentadora, la realidad es que se estudia desde hace más de 20 años del uso de organismos biológicos para el control de nematodos y en la última década, los productos comerciales de los cuales forman parte dichos organismos, han demostrado cada vez más su eficacia, entre otros factores, por el mejoramiento de la calidad de las formulaciones a partir de nuevas tecnologías de fabricación y de nuevos aislados o cepas más eficientes. Por otra parte, también son muy destacables, a diferencia de los nematicidas de origen químico, los efectos de estos productos sobre el crecimiento y desarrollo de las plantas y su persistencia o supervivencia en el suelo.
Los bioplaguicidas constituyen una opción más amigable con el ambiente y en el caso particular de los nematodos parásitos de plantas numerosos microorganismos son sus antagonistas.
Entre los principales grupos microbianos con potencialidades como agentes de control biológico de nematodos podemos destacar bacterias Pasteuria penetrans y Tsukamurella paurometabola, que forman parte de productos comerciales registrados en Estados Unidos y algunos países latinoamericanos, así como los hongos Arthhobotrys irregularis, Paecilomyces lilacinus y Pochonia chlamydosporia, siendo estos dos últimos los más promisorios en el control de esta plaga (Whitehead, 1997; Kerry, 2001).
La especie bacteriana más estudiada ha sido Pasteuria penetrans, que es un parásito obligado de nematodos formadores de agallas y otros géneros. Las bases para su potencial como biocontrol descansan en el hecho de que la multiplicación de la bacteria se produce dentro del pseudoceloma de los nematodos infectados, lo que ocasiona la pérdida de fecundidad. Las esporas son liberadas cuando el cuerpo de los nematodos se descompone y permanecen libres en el suelo, quedando listas para infestar un nuevo nematodo. Tiene como dificultades que es un parásito obligado lo que limita su reproducción masiva «in vitro» y su proliferación en el suelo, en ausencia de nematodos.
Otras bacterias a las que se le confieren propiedades nematicidas se encuentran en el género Bacillus. Sus toxinas afectan a la morfología de los huevos y los juveniles de nematodos. Se ha informado que Bacillus firmus tiene la capacidad de colonizar y destruir huevos de nematodos Meloidogyne spp. Pero entre las limitaciones que se pueden presentar para el uso de B. thuringiensis se encuentran su poca persistencia en el campo.
El hongo nematofago Hirsutella rhossiliensis también posee una amplia gama de nematodos hospedantes que incluye a Meloidoyne spp., entre otros géneros. Pero su escaso crecimiento en medios de cultivo trae como consecuencia que su reproducción masiva se dificulte, lo que unido a la carencia de habilidades para competir y ser muy sensible a los efectos fungistáticos, limita su desarrollo como agente de control biológico.
Los representantes del género Trichoderma son utilizados para el control de un amplio número de patógenos del suelo dada su versatilidad, adaptabilidad y fácil manipulación. La efectividad de Trichoderma spp. en la disminución de los daños y control de poblaciones del nemátodo Meloidogyne spp. se ha informado por diferentes autores, aunque no llegan a tener un control total. Algunas cepas de Trichoderma harzianum pueden afectar a los nematodos formadores de agallas de dos modos: parasitismo directo en juveniles de segundo estado y huevos o la producción de metabolitos tóxicos.
Las micorrizas, son un grupo de hongos endófitos simbióticos obligados que pueden estimular el crecimiento y desarrollo de las plantas al mejorar la nutrición de éstas y podrían llegar a competir por el espacio o con cambios fisiológicos en la raíz que la hacen desfavorable como fuente de alimentación. Algunos autores señalan que los hongos micorrízicos reducen la invasión y reproducción de nematodos, aunque se han obtenido resultados contradictorios al respecto.
Entre los hongos nematófagos más estudiados se encuentra Pochonia chlamydosporia, considerado como uno de los agentes de control biológico más promisorios para el manejo de poblaciones de nemátodos formadores de agallas (Kerry y Jaffee, 1997), en particular de huevos de M. incognita (Kerry, 1987; Bourne, 1995; Hidalgo, 2000). Pochonia chlamydosporia también se ha reportado como parásito de huevos de nematodos de los géneros Globodera, Heterodera, Nacobbus y más recientemente Rotylenchulus. Este microorganismo se informó por primera vez como parásito de huevos de nematodos en 1974 por Wilcox en el Reino Unido y desde entonces diversos autores lo han estudiado ampliamente (Kerry, 1997, 2000; López – Llorca et al, 2008; Kerry y Hirsch, 2011; Manzanilla -López et al, 2011; Chen y Dickson, 2012), entre ellos algunos investigadores españoles del Departamento de Ciencias del Mar y Biología Aplicada de la universidad de Alicante, que cuentan con una amplia experiencia al respecto. Pochonia. chlamidosporia es un parásito facultativo de huevos de nematodos formadores de agallas y quistes, que ha sido considerado el principal responsable del declive de las poblaciones del nematodo Heterodera avenae bajo cultivos continuos de cereales. Tiene como ventajas que crece fácilmente in vitro, producen esporas de resistencia y sobreviven en el suelo durante la temporada del cultivo. Tiene como limitaciones que los tratamientos de semillas son inefectivos; su eficacia depende de las densidades de nematodos y de la planta hospedante. El hongo puede permanecer en el suelo en ausencia de ambos anfitriones, plantas y nematodos.
Paecylomices lilacinus es un hongo que se presenta de manera natural en muchos suelos del mundo. Es parásito facultativo de huevos de nematodos y en ocasiones es capaz de infectar estados móviles o sedentarios. Se cultiva fácilmente in vitro, es un buen competidor de la rizosfera, ataca los huevos de diferentes especies y los tratamientos en material de plantación pueden ser efectivos. Este hongo tiene como limitaciones que requiere buenas temperaturas del suelo, se y unas concentraciones con alto número de propágulos (106 por g de suelo como concentración mínima) para el control de nematodos. La efectividad de Paecylomices lilacinus en el control de poblaciones de nematodos formadores de agallas ha sido comprobada en diversos estudios y este ingrediente activo se encuentra formando parte de diferentes productos comerciales como: FulminE Nema Acción.